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Riego de los Viñedos

El déficit hídrico moderado del viñedo puede favorecer la calidad de la uva, dado que el estrés tiene más influencia en el crecimiento vegetativo que en el desarrollo de las bayas.

Si la planta absorbe una gran cantidad de agua al madurar, los frutos pierden la concentración de azúcares, taninos y su graduación alcohólica natural.

Esta consideración ha llevado al desarrollo de estrategias que persiguen un riego deficitario controlado (RDC), cuyo objetivo es restringir el agua en ciertas fases del ciclo, mayormente entre cuajado y envero, para regular el tamaño de la baya.

El nivel de estrés hídrico, correspondiente con el potencial hídrico, debe adecuarse al tipo de vino deseado, pues el gradiente creciente de estrés hídrico conlleva la producción de vino, que va desde herbáceo y ácido, cuando no hay estrés, pasando por afrutado y tánico, cuando el estrés es moderado, hasta elevadamente alcohólico y astringente, cuando el estrés es extremo.

La gestión del riego no puede ser la misma para distintos viñedos, atendiendo a que la estrategia de riego a aplicar debe contemplar el tipo de uva y vino que se desea producir, estos datos de riego estarían indicados para uva de mesa, un riego sin estrés.