Cómo cultivar tomates paso a paso
Esta es una guía para cultivar tomates en tu jardín con un clima medietrráneo. Lee a continuación cómo cultivar tomates paso a paso y tener éxito:
- Preparación del suelo:
- Elige una ubicación soleada en tu jardín, preferiblemente con al menos 6-8 horas de luz solar directa al día.
- Asegúrate de que el suelo esté bien drenado. Si el suelo es arcilloso o compacto, puedes mejorar su estructura agregando compost o materia orgánica.
- Antes de plantar, remueve las malas hierbas y afloja el suelo con una horca o una pala.
- Elección de variedades:
- Elige variedades de tomate que sean adecuadas para el clima de mediterráneo y que se adapten a tus preferencias de sabor y uso. Algunas variedades populares son “Marmande”, “San Marzano”, “Roma”, “Cherry” y “Beefsteak”.
- Puedes comprar plántulas en viveros locales o centros de jardinería. Asegúrate de seleccionar plántulas saludables con un follaje verde y sin signos de enfermedades.
- Plantación de las plántulas:
- Cava agujeros en el suelo que sean lo suficientemente grandes para las raíces de las plántulas. Deja al menos 45 cm de espacio entre cada planta para un buen crecimiento.
- Retira las plántulas de sus macetas con cuidado y colócalas en los agujeros, asegurándote de que estén a nivel del suelo.
- Riega abundantemente después de plantar para asentar el suelo alrededor de las raíces.
- Riego y fertilización:
- Mantén el suelo húmedo pero no empapado. Riega regularmente, especialmente durante los periodos de sequía.
- Evita mojar las hojas para reducir el riesgo de enfermedades, para ello te aconsejamos el sistema de riego por goteo DeepDrop, que lleva el agua directamente a la raíz de la planta.
- Puedes fertilizar los tomates con un fertilizante equilibrado para promover un crecimiento saludable. Sigue las instrucciones del fabricante para la dosificación adecuada.
- Entutorado y poda:
- A medida que los tomates crecen, necesitarán apoyo para evitar que las ramas se rompan debido al peso de los frutos. Puedes usar estacas o jaulas de tomate para entutorar las plantas.
- Elimina los brotes laterales (chupones) que crecen en las axilas de las hojas para dirigir la energía de la planta hacia el crecimiento vertical y la producción de frutos.
- Control de plagas y enfermedades:
- Inspecciona regularmente tus plantas en busca de signos de plagas o enfermedades, como pulgones, ácaros, mildiu o pudrición de la raíz.
- Si encuentras problemas, trata las plantas con métodos orgánicos como jabón insecticida, aceite de neem o extracto de ajo. Si la infestación es severa, considera consultar a un experto o utilizar productos recomendados.
Cuándo sembrar tomates
La época ideal para sembrar tomates puede variar dependiendo de la ubicación geográfica y el clima en el que te encuentres.
Los tomates son cultivos de estación cálida y prefieren temperaturas moderadas a cálidas para crecer y desarrollarse adecuadamente. Por lo general, se recomienda sembrar tomates después de que haya pasado el riesgo de heladas y cuando las temperaturas mínimas nocturnas se mantengan alrededor de los 10 °C o superiores. En muchos lugares, esto suele ser a principios de primavera.
Los tomates prosperan mejor en temperaturas diurnas entre 21 °C y 29 °C. Si las temperaturas diurnas comienzan a superar consistentemente los 30 °C, algunos tomates pueden tener dificultades para establecer frutos. En climas muy cálidos, es posible que desees considerar variedades de tomate resistentes al calor.
Cuándo están maduros los tomates
La mayoría de los tomates toman entre 60 y 80 días desde la siembra hasta la madurez de la fruta. Sin embargo, esto puede variar según la variedad específica de tomate. Observa el color de los tomates para determinar su madurez. Por ejemplo, los tomates rojos suelen estar maduros y listos para cosechar, mientras que los tomates verdes aún no han alcanzado su pleno desarrollo. Un tomate maduro debe tener una textura firme pero ligeramente cedible cuando se aplica una ligera presión con los dedos. Si el tomate está demasiado duro, aún puede necesitar más tiempo para madurar. Si está demasiado blando o arrugado, puede estar sobre maduro.
Cómo cultivar tomates con poca agua
Si deseas cultivar tomates con poca agua, puedes implementar algunas estrategias para maximizar la eficiencia del riego y conservar la humedad en el suelo. Aquí tienes algunas recomendaciones:
- Selección de variedades resistentes a la sequía: Elige variedades de tomates que sean conocidas por su resistencia a la sequía. Estas variedades están adaptadas para requerir menos agua y pueden sobrevivir en condiciones de sequía moderada.
- Mejora del suelo: Prepara el suelo con compost y materia orgánica para mejorar su estructura y capacidad de retención de agua. Un suelo rico en materia orgánica puede retener la humedad por más tiempo y reducir la necesidad de riego frecuente.
- Acolchado: Aplica una capa de acolchado orgánico, como paja, hojas secas o astillas de madera, alrededor de las plantas de tomate. El acolchado ayuda a reducir la evaporación del agua, mantiene la temperatura del suelo más fresca y suprime el crecimiento de malezas que compiten por la humedad.
- Riego profundo y espaciado: En lugar de regar con frecuencia en pequeñas cantidades, riega profundamente pero menos frecuentemente. Esto alienta a que las raíces crezcan hacia abajo en busca de agua y promueve un sistema radicular más resistente a la sequía. Espacia las plantas de tomate adecuadamente para evitar la competencia excesiva por el agua.
- Riego por goteo subterráneo localizado: Considera la instalación del sistema de riego por goteo subterráneo localizado DeepDrop. Este método de riego entrega agua directamente a las raíces de las plantas, minimizando la evaporación y asegurando una utilización eficiente del agua.
- Horario de riego: Riega temprano en la mañana o tarde en la tarde. Evita regar en exceso, ya que el exceso de agua puede ser perjudicial para las plantas y puede provocar pudrición de las raíces.
- Monitoreo y ajuste: Observa de cerca tus plantas y el suelo para determinar cuándo necesitan agua. Evita regar innecesariamente y ajusta la frecuencia y la cantidad de riego según las condiciones climáticas y las necesidades individuales de las plantas.
Recuerda que cada ubicación y jardín puede tener condiciones específicas, por lo que es importante observar tus plantas, adaptar tus prácticas de riego según sus necesidades individuales y ajustarlas según las condiciones climáticas cambiantes.